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Por: Dino Segura
El Foro Pedagógico de este año está comprometido con la inclusión. Parece sensato.
Parece lógico que nadie, por ninguna razón deba quedarse sin educación.
Pero ¿Por qué tiene que ser esa educación estandarizada que tenemos todos desde Australia hasta Lituania, pasando por Chile e Islandia? Pero ¿Por qué tiene que ser esa educación diseñada por los países de siempre e impuesta a todos?
Entonces: ¡Sí! Es importante luchar por la inclusión. Debemos entonces luchar porque nuestras escuelas incluyan al país. Debería ser una exigencia que nuestras escuelas dieran cuenta, mencionaran nuestros problemas, los problemas del barrio y localidad, los problemas de la ciudad y del país, del planeta.
¡Sí! Nuestras escuelas deberían incluir al país y lo que somos con las promesas, que no son las mismas que mueven a los otros países, con las historias, que no son las mismas que han vivido los otros países. Cómo sería de interesante que nuestras escuelas incluyeran conocimientos ancestrales porque , y eso sí que es escandaloso, en nuestras escuelas no se mencionan ni nuestros saberes ancestrales, ni nuestra tecnología ancestral. Y lo que es más sorprendente es que existen aportes al conocimiento estándar de científicos latinoamericanos, que tampoco se mencionan en nuestras escuelas.
Todos lo sabemos entre los intelectuales, que la manera más certera de eliminar al otro es olvidarlo, no mencionarlo, omitir su nombre. Y eso pasa en nuestras escuelas con lo que han hecho Jorge Reynolds o Nubia Muñoz o Salomón Hakim o Adriana Ocampo o Jaime Castillo, o Paolo Lugari. Se ignora, se elimina ¡Eso no existe!
Cómo estarían de orgullosos nuestros niños si supieran que: Así como existe un James o un Nairo que nos abren las puertas a la posibilidad del futbol o del ciclismo como perspectiva de vida y de realización, también supieran que existe Fernando Montealegre o Carmenza Duque o Juan Carlos Borrero o Ángela Restrepo quienes nos muestran que también podemos lograr una realización a través de la ciencia. Cómo sería de interesante que estudiáramos cómo era que nuestras comunidades manejaban el agua y las épocas de lluvia y los tratamientos frente a las enfermedades y las construcciones de viviendas y, tantas cosas que no sabemos aunque presumimos tan importantes. Cómo sería de interesante que sabedores indígenas también estuvieran en nuestras escuelas y universidades enseñándonos lo otro, lo que de verdad no conocemos.
 ¡Si¡ Debemos lograr la inclusión. Necesitamos un sistema educativo que nos incluya. No podemos seguir estando al margen del saber y la creación.
 
¡Por una escuela incluyente!