Dino Segura

Coordinador General Corporación Escuela Pedagógica Experimental

A veces no sabemos qué hacer. Pero este espectáculo cotidiano orquestado por los medios de comunicación y nuestros líderes de la política tradicional, es ya tan descarado que, aunque una voz más no cambie las cosas, no podemos callar, es lo mínimo que tenemos que hacer.

Lo que se está haciendo con Venezuela es canalla…

Como no les gusta que cada uno defienda lo suyo y lo disfrute como quiera porque es suyo y las necesidades son suyas, entonces hay que arrebatárselo. No les gusta que otros tengan necesidades, las únicas que existen son las de ellos que necesitan poseer todos los recursos naturales, estén donde estén. Y para arrebatárselos se requiere crear un contexto que lo justifique. Entonces se crean las condiciones para que nada funcione en Venezuela. Que la economía no debe funcionar. Que la salud no debe funcionar. Que la industria no debe funcionar. Que nada debe funcionar. Entonces sabemos para que sirve la globalización.

Como todos dependemos de todos, pero quienes deciden no somos todos sino quienes manejan la economía, esto son las multinacionales, entonces si ellos se ponen de acuerdo, pueden precipitar al que sea al precipicio, a la catástrofe Piensen por un momento… ¿Qué sucedería aquí en Colombia si quienes producen el trigo, la avena y el maíz se ponen de acuerdo para no venderle a Colombia maíz, trigo ni avena? ¿Qué comeríamos nosotros, cómo sería el desayuno, especialmente en las grades urbes?

Y para el bloqueo el asunto es más fácil si sabemos que el principal productor de estos alimentos es Estados Unidos. Pero, además, como las grandes multinacionales son las productoras de las medicinas y los fármacos que requiere cualquier país, pueden venderlas o no venderlas a quien quieran.

Entonces no mienten cuando afirman que hay escasez de medicinas y los niños se mueren en los hospitales. Eso no es una consecuencia del mal manejo de la salud o la economía por parte de Venezuela, otros están detrás de la situación. Es la soñada globalización producto de la cual podemos tener el celular de última generación a costa de no lograr ni seguridad ni soberanía alimentaria.

Los impactos de todo esto en la economía venezolana son inmediatos, algo así como el 5% de los venezolanos han tenido que salir de su país (recordemos que en su momento el éxodo de colombianos a Venezuela fue mayor y que hace pocos años muchos salían de Colombia a estudiar en Venezuela porque era ventajoso).

A esta situación se añaden la prensa y medios de comunicación que se encargan de construir la debacle venezolana. A la escasez de empleos, drogas y alimentos, se añaden los sabotajes. Y entonces viene el cinismo. Los dirigentes y gobernantes del mundo empiezan a reclamar por las limitaciones que según ellos hay en Venezuela al respeto de los derechos humanos.

¡Imagínense a Bolsonaro denunciando los atropellos y reclamando la democracia!
¡Imagínense a Duque denunciando la no vigencia se los derechos humanos cuando aquí mueren asesinados los defensores, precisamente de los derechos humanos!
Imagínense que Duque se llena de indignación porque mueren en Venezuela niños por falta de atención ¿Será porque allá no hay un gobierno democrático? Y, en Colombia ¿Por qué será …?

Entonces hay una gavilla de bandidos, imagínense que liderados por el demócrata Trump. Allí se sienten bien nuestros presidentes de Argentina, Brasil y Colombia (para no nombrar a otros). Y se pelean por quien denuncia con la mentira más grande, quien amenaza con mayor dureza, o por quien se arrodilla primero ante el demócrata más representativo del nuevo orden mundial que se llama Donald Trump.

Uno entiende a Trump, el está en su cuento y está obrando a conciencia: no le podemos pedir peras al olmo. Pero nosotros en qué estamos con un presidente irresponsable que no solo hace lo posible por pisotear la pizca de dignidad que nos quedaba, sino que amenaza con hacer retroceder lo poco que se ha conseguido con el acuerdo de paz.

  • ¿Quiénes serán los colombianos que estarán en el frente de combate?
  • ¿Por qué esa rabia contra los campesinos?