Max Neef: 
“La economía neoliberal mata más gente que todos los ejércitos 
del mundo juntos, y no hay ningún acusado, no hay ningún preso
 

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os resultados recientes en las elecciones del Reino Unido, Colombia y Estados Unidos muestran situaciones coherentes en el mundo. Creo que no hay que ir muy lejos para identificar un par de situaciones similares en los tres casos. Creo que lo que ha movido a la gente es, por una parte el miedo y por otra el deseo de convencerse de que sí pueden ir en contra de la corriente, de que si pueden ser OPOSICIÓN y mostrar así que no están de acuerdo con lo que se está haciendo y que los gobiernos no pueden seguir haciendo lo que les da la gana.

En los tres casos se ha votado en contra del establecimiento: “hemos sido capaces de decirle NO al gobierno”, de rechazar la “sana lógica”. Creo que después de las elecciones hay mucha más conciencia del poder del voto, del poder del ciudadano, del poder del individuo de a pie.

Para muchos, esta necesidad de estar en la otra orilla es muy urgente para rechazar una serie de políticas que amenazan el bienestar de las mayorías. Es que los gobernantes, en los tres casos han favorecido a quienes no representan a las mayorías abandonadas a su suerte y agencian decisiones que cuestionan las posibilidades y sueños de las mayorías con un ingrediente de corrupción gubernamental (ya sea disminuyendo empleos, ya sea aumentando impuestos, ya sea con prácticas de impunidad e inequidad, ya sea con engaños y mentiras). 

Se  trataba de una ocasión muy a propósito para cobrársela al sistema, representado en el gobierno de turno.  Por otra parte, lo que se evidencia con los tres resultados es el impacto del sistema económico, esto es, de la economía de mercado en la vida de los pueblos y en algunos casos el rechazo sensato (a mi juicio) de la gente a esas políticas. En el caso europeo es muy claro. En Europa se cuestiona hasta dónde los países “desarrollados” están obligados a compartir sus conquistas sociales con los miserables del tercer mundo que amenazan con invadirlos. Ellos quieren disfrutar en paz lo que consiguieron con el despojo y la violencia.
 
Los norteamericanos, entre otras cosas, están padeciendo el desplazamiento de las fuentes de empleo y de riqueza de USA a otras latitudes. Eso es una consecuencia de las necesidades de las multinacionales, que no son de ninguna parte. Y, para muchos es inaceptable que los Estados Unidos se mantengan en el plan de agente internacional para salvaguardar la democracia en el mundo ¡Que cada quien se defienda como pueda!
 
En el caso de Colombia, aunque la tesis que movió mucho las votaciones fue la de buscar la paz, no se trataba de cualquier paz, sino de una paz que como en el caso de Europa le garantizara a muchos disfrutar en paz lo que consiguieron en la guerra. Si el acuerdo no garantizaba esto, no había acuerdo.
 
Por otra parte, en nuestro caso, si hay una exigencia que es in-negociable por parte del gobierno que es el sistema económico. Eso lo han reiterado diversos representantes del sistema y en ello están de acuerdo los líderes de los movimientos, el sistema no está para ser negociado, de tal suerte que seguiremos soñando con convertir a Colombia en un paraíso inversionista para el exterior y con ello renunciando al conocimiento como motor de desarrollo y conformarnos así con la perspectiva inmediata y fácil: convertir el país en un desierto.
 
También podríamos comentar sobre el significado de la democracia después de estos resultados, eso será después.
  
Dino Segura