Recientemente se han presentado alternativas para la educación y la escuela, derivadas de estas líneas de pensamiento, como los de P. Senge (Escuelas que aprenden – la quinta disciplina) y propuestas concretas para la enseñanza (mejor sería decir, para el aprendizaje) de las ciencias y las matemáticas, por ejemplo del MIT, orientadas por el mismo Glasersfeld.
En nuestro medio, en la Escuela Pedagógica Experimental, hemos desarrollado desde hace algunos años una alternativa (las Actividades Totalidad Abiertas – ATAs) para crear entornos de aprendizaje en los que se hace necesario redefinir los conceptos de enseñanza y sitúan en el centro del proceso de aprendizaje a quien aprende. Entre los conceptos que ha sido necesario definir para desarrollar la propuesta se encuentran el ambiente educativo, la diferencia entre conocimiento e información, la noción de maestro acompañante y la concepción de evaluación.
Al estudiar los fundamentos del constructivismo radical hemos hallado que éstos pueden constituirse en un telón de fondo teórico para justificar lo que hemos denominado un aprendizaje con sentido y para proponer una forma alternativa de organización escolar basada fundamentalmente en la confianza y la autoorganización. Una pregunta acerca del currículo se deriva de nuestra propuesta de poner en el centro de los horizontes de la clase el pensamiento de los estudiantes desplazando en consecuencia los resultados de la actividad científica (teorías, procedimientos, paradigmas y algoritmos) a un segundo plano de importancia.