Y, en medio de todo esto, nos encontramos con un país en el que todo está por hacerse. Ya había vivido en Europa y con ello sabía de sociedades en las que todo está resuelto. Cuando alguien es concebido, prácticamente ya se sabe todo lo que sucederá en las vivencias del día a día. Todo está dispuesto, difícilmente se presentan las sorpresas.
En Colombia no, cada día puede verse como el acto distraído de echar una moneda al aire.
Es entonces cuando en medio de tal contexto, con tal país y con tan enormes posibilidades, lo que apareció como una revelación fue pensar más en el hacer que en el conocer y repetir. A la vez, se trataba de pensar tanto en nuestro jardín como en todos los jardines. Los jardines todos son nuestros, los árboles todos son nuestros y no existe ninguna exclusividad. El oxígeno está ahí para todos, no existe la propiedad privada. El aire que tu respiras lo respiro yo y el árbol puede sentirse satisfecho de posibilitar esa forma de compartir que nos hace hermanos en el disfrute de la posibilidad de vivir.
Era una pulsión, cómo hacer para sentirse útil. Cómo dar para posibilitar una renovación permanente, una vida renovada, muchas vidas posibles.
Y, ahí está. Soñamos todos los días y en las noches nos devanamos los sesos para hacer de esos sueños una realidad.
TODO A CERCA DE USTED, ES MUY BONITO, SUS ESPECTATIVAS, SUS ANCIEDADES, SUS POSIBILIDADES Y SUS SUEÑOS, TODO ESTO ES MARAVILLOSO, Y USTED COMO PERSONA AUN, PERO QUE PENSARIA, SIN UN NIÑO QUE POR CIRCUNSTANCIAS EN LA VIDA QUE COMO USTED PUDO ALCANZAR Y MUCHOS OTROS ALCANZARON ESTE PEQUEÑO NO PODRA ALCANZAR, Y TODOS ESOS SUEÑOS CON LOS QUE EL SOÑO ALGUNA VEZ, POR ESAS CIRCUNSTANCIAS VAN A QUEDAR AHI, SIENDO SOLO ESO, SUEÑOS, SUEÑOS QUE DE PRONTO NO PODRA ALCANZAR Y QUE GENERARAN EN ESE PEQUEÑO FRUSTRACIÓN, DESANIMO Y GANAS DE NO CONTINUAR. (SOY REITERATIVA).