Por: Dino Segura

Coordinador General Corporación Escuela Pedagógica Experimental

Es muy satisfactoria la unanimidad que se está dando en el mundo con respecto a la crisis ambiental, casi todos, incluso empresas y multinacionales contaminadoras están emprendiendo tareas de divulgación y denuncia de los atropellos medioambientales. Sin embargo, esta situación es un tanto engañosa pues a mi juicio con esas manifestaciones se ocultan las causas de todo esto que conocemos como el cambio climático. Debemos considerar que lo que ocurre con el planeta a nivel medio-ambiental posee un correlato en la economía: las desigualdades se hacen más profundas, esto es, de la misma manera como el planeta se transforma y, en particular, lo hacemos invivible para la especie humana, la inequidad se profundiza, esto es, aumenta el número de pobres mientras disminuye el número de grandes propietarios de todo.

Por otra parte, a la par con estas dos circunstancias la cultura dominante hace que nos homogeneicemos y unifiquemos las necesidades (que antes eran distintas), los alimentos (que antes eran distintos), los satisfactores (que antes eran distintos) y los valores e imperativos de convivencia para los cuales hoy la delincuencia es normal, la impunidad es natural y vivimos íntimamente cobijados por un ¡sálvese quien pueda! inconfesable en la búsqueda de una felicidad que ahora está centrada en el consumo cuando antes poseía otros determinantes posibles para todos.

Así pues, el deterioro del medio ambiente es sólo una de las consecuencias del modelo económico implantado en el mundo y viene acompañado por una parte de la inequidad y por otra del envilecimiento de los valores. Es la necesidad de mantenerse competitivos y de sobrevivir lo que conduce a la existencia de las maquilas, a la robotización exagerada, a la delincuencia estatal que por lograr índices positivos de crecimiento impone regímenes negativos de sobrevivencia.

Mientras no comprendamos las relaciones entre estas cosas: el modelo económico neoliberal, la inequidad, la transformación y homogeneización de los valores y el impacto de todo ello en el planeta, bien podemos emprender cruzadas de protesta y transformación en uno de los factores nombrados mientras contribuimos a lo opuesto consintiendo la proyección de una cultura avasalladora y neoliberal.

Para reflexionar veamos estas preguntas:

Qué relaciones existen entre los siguientes elementos

  • La ropa de marca fabricada en las maquilas
  • ¡Wow!
  • Netflix
  • Los celulares
  • ¿La destrucción de nuestra agricultura y el que importemos el 70% de los alimentos?
  • El cambio climático
  • Los negocios que atropellan nuestras pequeñas economías de barrio.
  • Las bebidas azucaradas
  • La exportación de colombianos y el que las remesas sean el segundo factor en Colombia para la economía de las divisas …

Hay más cosas que tenemos que discutir.

¡ Cualquier delincuente puede engañarnos poniéndose una camiseta traída de algún lugar de Asia para protestar por el cambio climático …!