De las miserias de la alcaldía y de otras miserias

Por: Dino Segura

Corporación Escuela Pedagógica Experimental 

Desde hace un tiempo estoy desconcertado frente a nuestra alcaldía. Aunque no voté por Claudia su elección para mi fue siempre un símbolo de esperanza . Y la esperanza se fundaba en un par de conductas y manifestaciones de nuestra alcaldesa electa que nos pusieron a soñar con lo que denominamos justicia social que en síntesis resumía la esperanza de vivir medidas que se opusieran a la inequidad. Para mi Claudia significaba una alcaldía que NO profundizaría las brechas … Por otra parte, y eso completaba las razones de esperanza, el carácter de Claudia nos ilusionaba con que ahora sí tendremos a alguien, que “no se la deja montar” porque ella sí tiene el carácter para sustentar y sostener las decisiones ante quien sea cuando sea necesario.

Pero no, han sucedido muchas cosas, claro, se trata de cosas inesperadas como el caso de la pandemia, con sus consecuencias, algunas de ellas también inesperadas. Pero es precisamente ante estos retos que podemos dimensionar nuestra(o) personaje. Hay asuntos ante los que manifiesto mi estupor. El asunto es que o bien soy un ignorante o bien las cosas andan muy mal.

No comprendo lo que ha sucedido en materia de seguridad y más que esto haya sucedido en la alcaldía de Claudia: NUNCA EN BOGOTÁ HABÍAMOS VIVIDO SITUACIONES EN LAS QUE AGENTES DE LA POLICÍA DISPARAN A CIUDADANOS Y MATAN A MAS DE DIEZ CON TOTAL IMPUNIDAD. Y no se trata de una ficción, existen videos que lo sustentan.

En otras épocas el que sólo hubiesen disparado habría sido una razón para cambiarlo todo y adelantar un debate generalizado. Claro, en este caso la situación se esconde detrás del virus utilizado como trinchera. Porque detrás de la pandemia encontramos agazapados tanto a nuestra alcaldesa (que no responde por los excesos de la policía) como al presidente en compañía del Ñeñe (tratando de esconder los votos comprados) como al exfiscal, en compañía de la DEA (ojalá avergonzados por las trampas canallas adelantadas en contra del proceso de paz).

Pero, podríamos pensar que lo que aconteció en Septiembre hizo cambiar los métodos y prácticas policiales y que aunque nosotros no lo supiéramos, sí se hubiese hecho algo. Pero, No. Esas prácticas y me refiero al uso de las armas por parte de la policía y a la decisión de usarlas de verdad frente a los ciudadanos es ahora algo común. Acaba de morir víctima de disparos un adolescente en un barrio al norte de Bogotá (El Codito) en una situación común y corriente de orden público. Y ante esto qué nos dice Claudia, nuestra alcaldesa.

Lo que parece que resulta es un conjunto de decretos y medidas a propósito de la pandemia para reforzar la trinchera: se toman medidas acompañadas de datos planetarios que acrecientan el miedo, porque el “cemento” de la trinchera es el miedo. Y entonces, parece que con la ilusión de maquillar la imagen un tanto deteriorada, se toman unas medidas y nos amenazan con otras. Se trata de medidas que no han funcionado en ninguna parte pero que se están tomando en todas partes para tratar de evitar lo que en realidad ha desnudado la miseria de nuestra ciencia que mientras nos pone a jugar con una realidad aumentada (en universos digitales y ficticios) no tiene respuesta para afrontar una realidad común y corriente, tal vez disminuida por el descuido generalizado de la alimentación en el primer mundo y sus proyecciones colonialistas al segundo y al tercero y a todos los que puedan ser clientes consumidores de sus venenos.