Por: Dino Segura

Co Fundador EPE

Debemos aterrarnos ante la morbosidad con la que se entregan las informaciones sobre los crímenes de nuestros dirigentes, políticos, empresarios y eminentes personajes. Se muestran a la vez la corrupción rampante en el gobierno y la “inteligencia” con que los delincuentes han organizado todo para que no pase nada, todo está organizado para lograr la impunidad.

Hay una cierta satisfacción de los medios mostrando que las cosas irán cada vez peor y vaticinando delincuencia incluso allí donde no había llegado aún la corrupción. Y los noticieros y programas de denuncia compiten por ver quien logra mejor hacer de los hechos no solo una indignación, sino un chiste.

Creo que no cambiaremos el país convirtiendo nuestras desgracias en chistes. Las cosas hay que verlas desde otras perspectivas. Lo que está pasando no es para reírnos.  Vemos las redes, vemos los periódicos, y no hay una noticia buena. Parece que en ninguna parte hay gente buena. Parece que en Colombia nadie está haciendo nada …

Si la educación es noticia es para mostrar el delito de alguien. Si la universidad es noticia es para ratificar los desmanes de sus profesores. Si la academia es noticia es para mostrar que hay títulos y no investigaciones. Si queremos pensar en que el país puede ser distinto y que tenemos con que hacerlo. Sólo miramos aquello que existe a pesar de nosotros, la posición geográfica, la biodiversidad, la persistencia de nuestros ancestros, los sitios paradisiacos, para pensar en el turismo, pero nada de eso es hecho por nosotros.

Entonces: ¿Cuál es el mensaje para nuestros jóvenes y niños?

¿Estamos al borde del colapso?

¿Estamos ya en un punto de no retorno?

¿Es eso verdaderamente lo que puede contribuir a que las cosas sean mejoren?

No.  ¡¡Qué pena!!

Claro que estamos ante un gobierno tramposo e ilegítimo. Claro que los malos tienen las cosas bien organizadas para mantenerse en el poder. Claro que esto no es cosa nueva y que quienes nos han gobernado desde hace tiempo, desde el siglo XIX, son los mismos que están apoyados por gobiernos extranjeros que ven con buenos ojos cómo Colombia se mantiene como un suministrador de recursos y un consumidor de sus productos, gobernado por un par de familias corruptas y tramposas.

Pero:

  • Aquí en Colombia e incluso en el gobierno, en el congreso hay gente buena que se ha opuesto a muchas de las pretensiones de quienes ven el país como su finca y quieren apropiárselo.
  • Aquí en Colombia tenemos muchos colombianos luchando por preservar el medio ambiente que han logrado proteger mares, páramos y reservas de los apetitos de otros.
  • Aquí en Colombia tenemos líderes sociales y organizaciones que están luchando por evitar no solo el empobrecimiento y abandono de comunidades minoritarias, indígenas y campesinas sino la destrucción del medio ambiente.
  • Aquí en Colombia tenemos una academia y una tradición de investigaciones que han logrado resultados importantes a nivel planetario. Esa comunidad de sabios, hombres y mujeres -que a veces no creemos que realmente existan- cuenta con matemáticos, médicos, ingenieros, sociólogos, físicos, biólogos, etc. Si fuésemos a los anaqueles de las universidades y centros de investigación allí encontraríamos propuestas para la utilización de nuestras plantas endémicas con fines industriales, medicinales, energéticos y más. En general existen propuestas para dar uso a nuestras diversidades de mil maneras.
  • Con nuestra variedad de plantas podríamos lograr una seguridad alimentaria independiente de los platillos europeos o norteamericanos que nos permitiría liberarnos de las importaciones desequilibradas que se han pactado.
  • Otro día hablamos del arte, la creatividad y la imaginación propias del trópico y de nosotros.

Pues sí necesitamos que a la vez que se denuncia la corrupción y el mal gobierno, se reconozcan las promesas que pueden resultar para nuestro país de lo que somos y lo que hemos sido y lo que podríamos llegar a ser, si unimos a los patrimonios nuestros y nuestra historia de realizaciones, nuestros saberes y nuestra cultura.

No se trata de ocultar o de ignorar los delitos, abusos, descaros y canalladas de quienes han hecho de Colombia un estado delincuencial; no, se trata de elaborar una mirada de optimismo que nos permita no solo actuar en contra de lo que ha sido el gobierno sino convencernos de que tenemos con qué hacer de Colombia un país pródigo en posibilidades y realizaciones para todos.

Debemos convencernos

de que tenemos con qué hacer de Colombia;

un país pródigo en posibilidades y realizaciones para todos.

Es que eso es posible.

No una quimera

y eso se puede lograr si sabemos que es posible

¡Eso no se puede ocultar!