COHERENCIA 

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Es absolutamente necesario decirle al gobierno que la paz no es asunto que se define en La Habana, la paz tiene que concretarse y definirse aquí. Es necesario decirle también que no se trata de firmar acuerdos y promesas que deben cumplir otros, sino de actos de transformación en los cual todos debemos estar presentes.
 
Y debemos decirle también que para estar contra la paz no se necesita estar en la oposición, que desde el gobierno mismo se puede estar trabajando en contra de la paz. Si mientras allá se acuerda una transformación del campo en el cual los protagonistas de privilegio deben ser los siempre olvidados campesinos, aquí se entrega el campo a los empresarios, que solo considerarán a los campesinos como peones y trabajadores, no estamos siendo coherentes y entonces Juan Manuel Santos estaría entre quienes están en contra de la paz.
 
Si mientras allá reconocemos que el país debe organizarse DE VERAS de una manera distinta, aquí se asesinan a quienes están cuestionando lo que se hace, los incumplimientos y mentiras, estamos actuando en contra de la paz. Y eso está haciendo el gobierno de Juan Manual Santos. 

Lograr una Colombia en paz es pensar de una manera diferente, es darle toda la confianza a las instituciones y volver a creer en nosotros mismos y en los otros. Por ejemplo pensar y actuar de una manera diferente con un horizonte en la paz, significa que no eludimos los impuestos, que vemos en los impuestos una herramienta fundamental en la organización de un estado democrático y moderno, en una manera de redistribuir el ingreso, en una manera de hacer el funcionamiento del estado del más equitativo y justo.
 
Pensar de una manera diferente es desmontar todo el andamiaje que se ha armado para eludir legalmente los impuestos. La investigación, la educación, la salud y la atención a las víctimas, por ejemplo, deben estar en manos del estado y el estado tiene que recuperar esos recursos que se desvían, a veces con la mejor voluntad del mundo, a través de fundaciones y corporaciones que sustituyen al estado y que eran explicables cuando no creíamos en nosotros mismos. Hoy que tenemos que empezar a pensar de manera diferente, debemos regresarle al estado todos los recursos posibles para lograr la construcción de una nueva Colombia.
 
Claro, el estado debe reconocer las contribuciones de todas las instituciones que han surgido debido al abandono, unas veces y a la corrupción otras, y caminar en el sentido de las iniciativas que han actuado de manera urgente y correcta, pero asumir el protagonismo en la organización y administración de los recursos de manera responsable es ineludible.
 
Tenemos que cambiar muchas cosas, pero ante todo debemos exigir coherencia y por lo que se está haciendo, nuestro presidente NO ES COHERENTE.

DINO SEGURA